Muchas veces caemos, sentimos que poco a poco nos vamos hundiendo y que no hay nada que evite nuestra caída. ¿Qué pasa después de la caída?
Nos sentimos tan hundidos que no nos quedan fuerzas para levantarnos, nos faltan ganas, nos falta motivación, nos falta ese algo que diga, vamos, sigamos y que le den a la caída. A veces nos golpea tan fuerte y tan de cerca que no podemos evitar derramar mil lágrimas y sentirnos decepcionados de uno mismo... pero tampoco ganamos nada hundiéndonos en la miseria y que la gente se compadezca de nosotros o incluso se decepcione.
La caída nos ha de hacer reflexionar y darnos aún más motivación para que con todas nuestras fuerzas evitemos una caída como esa. A veces tenemos que caer para aprender o quizás para valorar más aún todo, para ganar esa fuerza descomunal y poder con lo que nos venga y más.
A veces pensamos que ya no podemos seguir adelante porque esto nos puede, pero al contrario, nosotros tenemos que poder con ello, tenemos que sacar las fuerzas de donde no las haya y luchar por nosotros mismos, porque si nosotros no luchamos, nadie lo hará por nosotros.